Cabe destacar que no se pueden aplicar los mismos valores en niños, adolescentes y adultos. Es así que, para calcular el IMC de los niños se utilizan los percentiles, que es una medida establecida entre el peso del niño con relación a sus iguales de edad y género dentro de una misma área.
Por lo tanto, si se encuentra en la media, tiene un peso ideal, si está por encima tendría un percentil alto, esto significa que tendría obesidad, y si está por debajo, estaría demasiado delgado.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un IMC saludable en un adulto se encuentra entre los 18,5 y 25 kg/m².
El índice de masa corporal es un método utilizado para estimar la cantidad de grasa corporal que posee una persona, y así determinar si posee un peso normal, o si tiene sobrepeso o delgadez extrema.
Se puede determinar mediante una fórmula matemática que mide la relación entre la altura y el peso del individuo. Fue creado por el estadístico belga Adolphe Quetelet, por lo cual, también se le conoce como el índice Quetelet o Body Mass Index (BMI).
Hay algo muy importante para tomar en cuenta, y es que el índice de masa corporal no siempre es la mejor manera de saber si el peso de una persona es saludable o no, ya que no toma en consideración los siguientes factores:
El tejido muscular es pesado, y la composición corporal de una persona cuya masa muscular es más alta, puede indicar que tiene un IMC alto, pero eso no quiere decir que tenga problemas de salud; todo lo contrario, un estilo de vida que incluya la actividad física y un estado nutricional excelente significa que el estado de salud de la persona es óptimo.
Para definir si una persona sufre de sobrepeso es recomendable tomar en cuenta otros factores, como el perímetro de la cintura y la proporción de la cintura a la cadera.
Hay que tener muy presente que la genética de cada persona hace que su cuerpo sea diferente y que ser delgado no significa que una persona no tenga problemas de salud; al igual que estar un poco pasado de peso, no significa que esa persona no sea saludable. Las apariencias suelen engañarnos y es importante salir de esos patrones que asocian delgado con sano y a gordo con poco sano.
Todo depende del estilo de vida y en cómo se cuida cada persona, algunas necesitan ayuda de profesionales para que les indiquen una dieta en específico y lograr ciertos objetivos, o incluso porque la persona puede tener una condición como la intolerancia a la lactosa o productos con trigo. En resumen, no hay que asumir que sabemos más de la salud de una persona con solo ver su cuerpo.
Hay quienes argumentan que al calcular el IMC tomando en cuenta la altura en metros cuadrados, produce resultados inexactos o injustos para aquellos que son muy altos o bajos.
Con el pasar de los años, la masa muscular tiende a disminuir, por lo cual es importante que las personas mayores de 65 años sostengan un estilo de vida activo y saludable, que mantenga el IMC levemente superior al recomendable (25) con el objetivo de prevenir enfermedades como la osteoporosis o presión arterial.
El IMC, por sí nada más, no puede predecir factores de riesgo para la salud, sin embargo, la mayoría de los profesionales indican que un IMC mayor de 30 no es saludable.
La obesidad y la obesidad mórbida puede traer problemas como la diabetes, enfermedades cardíacas, problemas en los huesos y articulaciones, ya que no hay musculatura lo suficientemente fuerte como para ayudar a los huesos a sostener el peso del cuerpo y niveles de grasa muy altos.
Inclusive pudieran tener problemas en la piel, por ejemplo, se podría generar llagas por el roce entre ellos, llegándose a infectar, producir hongos por falta de higiene, o tener deficiencia circulatoria en una extremidad, u otros factores que pueden poner en un mayor riesgo la vida de una persona.
Tal como mencionamos anteriormente, lo importante es tener un estilo de vida activo y saludable, realizando actividad física regularmente, y asesorarse con profesionales para tener una alimentación saludable con el fin de reducir el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la obesidad mórbida y al sedentarismo.
Cabe a destacar que los niveles de actividad física que se pueden efectuar dependen exclusivamente de cada persona, lo que puede que le funcione o le haga feliz a unos, puede que no aplique para otros.
En definitiva, es valioso incentivar a las personas a practicar diferentes actividades deportivas hasta que encuentren una que satisfaga sus necesidades, los haga sentir cómodos y les brinden los resultados que tanto buscan.
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