La mayoría de las personas afirman que meditar es una práctica sumamente difícil. “No me concentro”, “termino pensando en todo menos en paz”, y “es difícil dejar mis ideas a un lado y tener la mente en blanco” son algunas frases comunes que se escuchan por parte de la gente que no termina por entender el verdadero objetivo de la meditación. Si es tu caso, ¡no te preocupes! Estamos aquí para ayudarte. Al fin y al cabo la meditación es una práctica que te ayuda a estar en contacto contigo mismo, entenderte mejor y estar mucho más feliz.
Lo primero que tienes que quitarte de la cabeza al momento de meditar, es la idea -errónea- de que tienes que dejar de pensar. ¡Totalmente falso! La meditación se centra en detectar estímulos (que pueden ser pensamientos, sensaciones físicas y/o sentimientos), analizarlos para luego entrar a un estado de conciencia total y plena. “Nada tiene que ver con simplemente relajarte y poner la mente en blanco.. ¡eso es imposible!“, asegura Angélica Ruíz Gatica, estudiante de budismo en Casa Tibet.
Para que te sea más fácil identificar qué es meditar, imagina que frente a ti tienes unas vías de tren y cada pensamiento que llega y, así como llega, se va. Los pensamientos vienen y se van.Mientras más te esfuerces en “no pensar en nada”, menos lo lograrás y jamás alcanzarás la finalidad de la meditación que es transformar nuestra mente.
Para hacerte la vida (y esta práctica) mucho más sencilla, recopilamos algunos consejos de gente mundana y de gente experta que te podrán ayudar si estás empezando a meditar.