Seguramente has escuchado a algún amigo o familiar hablar sobre el consumo de probióticos y prebióticos en su día a día, incluso es muy probable que hayas escuchado estos términos mucho antes a través de la radio o televisión. Sin embargo, ¿sabes qué son estas sustancias?, ¿qué beneficios traen?, ¿deberías incluirlos en tu dieta? Afortunadamente decidimos traerte todas estas respuestas a continuación.
Sabemos bien que los alimentos saludables nos aportan proteínas, grasas, vitaminas y minerales necesarios para el adecuado funcionamiento del cuerpo humano, pero ¿sabías que necesitamos billones de bacterias en nuestras mucosas e intestinos para mantenernos saludables? A esto se le conoce como microbiota y es básicamente el conjunto de bacterias que viven normalmente dentro del cuerpo humano y cumplen funciones que nos benefician.
Aunque esto pueda sonar un poco desagradable, cerca de 2 kg de nuestro peso corporal proviene de las billones de bacterias que viven en nosotros. Las sustancias que mencionaremos a continuación comparten la similitud de promover el crecimiento o actividad de la flora intestinal.
Si te interesa conocer qué son los prebióticos, probióticos, postbióticos, sus diferencias, cómo actúan en el organismo, en qué alimentos encontrarlos y sus beneficios, te invitamos a seguir leyendo este artículo.
Son carbohidratos complejos que no pueden ser absorbidos por nuestro aparato digestivo, conservándose así hasta llegar al intestino grueso, donde las bacterias beneficiosas también conocidas como bifidobacterium residen, estas si son capaces de degradar y fermentar estos carbohidratos promoviendo así el crecimiento y actividad de la flora intestinal.
Estos carbohidratos complejos pueden transportar agua y son conocidos como «fibras vegetales», ayudando considerablemente a quienes sufren de estreñimiento.
Los estudios sobre los prebióticos comenzaron hace más de 30 años. En la década de los 80 diversos médicos microbiólogos desarrollaron interés en cómo ciertas personas con mayor ingesta de fibra y almidón tenían una flora intestinal enriquecida y eran menos propensos a enfermedades gastrointestinales. Esto fue evolucionando hasta finalmente ser definido en 1995 como: «un ingrediente alimentario no digerible que afecta beneficiosamente el crecimiento y/o actividad de la microbiota intestinal confiriendo beneficios para la salud del individuo».
¿En qué alimentos se consiguen los prebióticos? Se encuentran de forma natural en la avena, trigo, plátano, cebolla, papa, espárragos, legumbres, cereales integrales, entre muchos otros. No te preocupes, mencionaremos sus múltiples beneficios más adelante.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) los define como: «productos ricos en microorganismos vivos que en cantidades adecuadas confieren un efecto beneficioso en la salud del huésped».
Estos se diferencian de los anteriores en que no tienes que consumir fibra para que proliferen las bacterias en tu intestino, sino que ingieres directamente bifidobacterias que al llegar al intestino, lo colonizan y cumplen funciones beneficiosas.
A través del tiempo se han desarrollado diversos estudios sobre la importancia de la flora intestinal para eliminar bacterias patógenas y como esta microbiota puede recuperarse mediante el uso de probióticos tras diarreas u otras enfermedades gastrointestinales. Estos han avanzado a tal punto que se pueden conseguir en casi cualquier farmacia con nombres comerciales como enterogermina o liolactil.
Estos suplementos que se consiguen en las farmacias solo poseen cepas inofensivas para el ser humano, entre las que destacan:
Seguro debes estarte preguntando, ¿solo puedo conseguir probióticos en las farmacias? La verdad es que no, muchos alimentos son ricos en bacterias saludables, especialmente los productos lácteos donde te recomendamos yogur, Kéfir e incluso algunos quesos. Estos lácteos fermentados contienen la cantidad suficiente de lactobacilos para restablecer la flora intestinal; ya no te sorprenderás cuando tu médico de cabecera te recomiende ingerir un yogurt más a menudo.
Otros alimentos ricos en probióticos que puedes preparar en casa son:
Son las moléculas secretadas por las bifidobacterias que en concentraciones adecuadas pueden tener un efecto positivo en la salud de la persona. Generalmente son enzimas, vitaminas, proteínas, péptidos o ácidos grasos.
Este término es bastante novedoso en comparación con los anteriores, ya que se ha promovido su investigación científica a partir del 2012 donde se publicó el primer artículo acerca de postbióticos en PubMed. Actualmente se publican hasta 90 investigaciones anuales sobre esta nueva alternativa terapéutica y preventiva.
Los científicos creen que estas moléculas podrían venderse como suplementos dietéticos más seguros que los anteriores, ya que en estos no consumes microorganismos vivos sino los productos beneficiosos que secretan.
La microbiota intestinal se ha hecho imprescindible en nuestra salud, cumpliendo así las siguientes funciones:
Estas bacterias son capaces de metabolizar y degradar aquellas sustancias que nuestro aparato digestivo no puede digerir, tras descomponer estas sustancias pueden liberarse productos como calcio, hierro, vitamina B12 y biotina. Aportando así nutrientes adicionales que no obtendríamos si no fuera por nuestra flora residente.
Las bacterias que residen en nuestro intestino no pretenden compartir su espacio ni nutrientes con cepas diferentes, por lo que producen antimicrobianos muy específicos para eliminar agentes patógenos que buscan colonizar el intestino. Uno de los problemas médicos más recurrentes cuando se toman antibióticos de forma prolongada son las diarreas producidas por bacterias patógenas del género Clostridium, ya que los antibióticos a largo plazo eliminan la flora normal y es cuando se pierde esta barrera protectora.
Nuestro sistema inmunológico requiere interactuar constantemente con bacterias diferentes para reconocer antígenos y estimular más células inmunitarias, se ha demostrado que animales criados en condiciones sanitarias muy estrictas donde no han tenido contacto con bacterias muestran baja concentración de inmunoglobulinas y células linfoides, teniendo mayor riesgo a infecciones fuertes.
Conociendo así la importancia de estas bacterias, es más fácil comprender cómo los prebióticos, probióticos y postbióticos aportan efectos beneficiosos a nuestra salud, a continuación algunos otros beneficios:
Toda esta información está disponible y a mayor profundidad en el website de la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO).
Las bacterias no patógenas actúan de distintas formas en nuestro organismo cumpliendo decenas de funciones, pero son protagonistas en el fortalecimiento del sistema inmunitario, esto se debe a que al ser reconocidas por nuestras células blancas se activan mecanismos de inmunidad que garantizan una respuesta segura, proporcional, pero agresiva ante futuras infecciones. Algunas bifidobacterias como los lactobacilos secretan ácido láctico, este acidifica el pH y elimina agentes patógenos.
Aún se desconoce con exactitud cómo las bacterias pueden disminuir las reacciones alérgicas y prevenir tumores, pero los científicos creen que algunas bacterias pueden desarrollar nuevas funciones en relación a lo que su hogar necesite para ser cómodo (recordando que somos el hogar para billones de bacterias).
Es importante reconocer el rol esencial que juegan ciertas bacterias en nuestra vida cotidiana y en qué alimentos o productos podemos conseguirlas. Recuerda al preparar alimentos fermentados usar utensilios y levaduras adecuadas para prevenir el crecimiento de cepas patógenas. No olvides, de igual manera, siempre consultar con tu médico de cabecera cuál de estas tres alternativas podría ser la más adecuada para ti.