La palabra empatía, proveniente del griego empátheia y significa «pasión», y lo interesante es que la psicología del siglo XX decidió adoptar esa palabra y expandir su significado, siendo ahora uno de los componentes más importantes de la inteligencia emocional ¿Quieres conocer más?
¡Empecemos!
¿Alguna vez te sentiste incomprendido? ¿Que simplemente no entienden por lo que estás pasando? Puede que en esos momentos difíciles no hayas sentido empatía por parte de los otros, o quizás no estaban en la misma sintonía para buscar la mejor manera de entenderte.
La empatía es esa capacidad de entender e incluso sentir de cierta manera los sentimientos de los demás. Puede que existan ocasiones en la que tu punto de vista pueda ser diferente al de la otra persona o que no hayas pasado por la misma situación, pero si eres capaz de entenderla, acompañarla y respetarla, eres una persona empática.
Si bien el concepto general de empatía es bastante ilustrativo, existen diferentes tipos que se pueden aplicar para diferentes aspectos de la vida, o para encajar en casi cualquier estado emocional.
1. Empatía cognitiva:
Consiste en saber comprender el sentir del otro a nivel intelectual, es decir, utilizar el pensamiento, entendimiento e intelecto para tener una idea del estado de ánimo de las demás personas.
Un ejemplo de empatía cognitiva puede ser entender a un ser querido que se siente profundamente triste o decepcionado porque perdió su trabajo, si bien no eres tú el que está sufriendo de este problema y tienes una cierta distancia ante la situación, puedes ponerte en sus zapatos fácilmente y entender todas las preocupaciones que esto conlleva porque te conectaste a nivel intelectual, sin comprometer tus emociones.
Hay quienes argumentan que la empatía cognitiva no es empatía de verdad, ya que no se siente lo que el otro siente, sino que es un proceso más lógico y racional. Pero, al fin y al cabo, estás entendiendo al otro y desde esa posición, si la otra persona lo necesita y te autoriza, puedes llegar a ofrecer soluciones buenas al problema que está teniendo.
2. Empatía emocional:
Ocurre cuando sientes de forma literal, las emociones de los demás ante una situación o problemática debido a las neuronas espejo.
Los ejemplos de empatía emocional pueden ser muy variados, desde la necesidad de bostezar cuando ves a otra persona bostezando, hasta sufrir con tu amiga cuando te comenta que su pareja le fue infiel.
Si bien esto puede ayudar a las personas con las que te relacionas, este contagio emocional constante puede hacer que te sientas abrumado y confundido ante tus propios sentimientos y no sepas como reaccionar de forma adecuada. También puede suceder que esperas que todos reaccionen de la misma forma que tú, y cuando no lo hacen, sientes que son indiferentes ante tu situación.
3. Empatía desinteresada:
Este tipo de empatía es una especie de combinación con las otras dos mencionadas anteriormente, y se puede considerar como la ideal. En ella entiendes a nivel intelectual lo que el otro está pasando y al mismo tiempo compartes su sentir hasta cierto punto, y tienes el impulso de ayudar a mejorar su situación.
Al ser un balance, puedes tomar mejores decisiones, entender las reacciones emocionales de los demás, y así trabajar día a día para hacer crecer tu inteligencia emocional.
4. Empatía interesada:
No se le podría llamar empatía a una interacción que sólo consiste en «preocuparse por el otro» solo porque te conviene o pretendes sacar algo de esa situación.
A lo largo de la vida puede que te topes con muchas personas que fingen preocuparse por ti de forma genuina, cuando en realidad ya tienen lo que buscaban de ti, se van o simplemente te tratan con indiferencia, demostrando así su falta de empatía desde el primer momento.
¿Quieres saber si eres una persona empática? Te traemos una serie de características muy comunes en personas con altos niveles de empatía:
Las personas empáticas son buenas detectando los estados de ánimo de los demás, intuyendo cómo se sienten y suelen ofrecerse como un espacio seguro para que el otro converse y se desahogue
Las personas empáticas son buenas escuchando con atención lo que los otros tienen que decir, y cabe destacar, que escuchan para entender, no para responder.
Suelen acudir a las personas empáticas porque se sienten escuchados, validados, importantes, en muchas ocasiones no buscan la solución para sus problemas, simplemente buscan desahogarse y quizás de esa forma quitarse esa nube del pensamiento que no les permitía ver la salida, aclarando más el panorama.
Se preocupan profundamente por los demás y por eso buscan la forma de ayudar hasta donde pueden de forma honesta, se pueden encontrar constantemente preguntándose cómo estará un ser querido, y estableciendo así una nueva conversación para checar si lo necesita.
Como mencionamos anteriormente, aunque no compartan al 100% tus ideas sobre algo, te van a respetar en todo momento y te re afirmarán que tus emociones son válidas y que merecen ser escuchadas.
Precisamente debido a su preocupación empática, tendrán mucho cuidado al momento de hablar contigo, para evitar decir cosas que puedan lastimar o revivir un tópico doloroso para el otro.
Suelen ser muy críticos con los demás.
Debido a esto no son conscientes de los sentimientos de las otras personas y acusan a los demás de ser demasiado sensibles.
Sobreactúan ante cualquier pequeña situación.
Como no son capaces de controlar sus emociones, terminan siendo siempre las víctimas de todas las situaciones por las que pasaron.
Hay acciones que podemos hacer a diario para poner en práctica la empatía, fomentarla y disfrutar de sus beneficios:
Como te podrás imaginar, los ejemplos de empatía también son más comunes de lo que crees, se pueden hacer a diario con pequeñas acciones tales como:
Si quieres conocer más sobre diferentes temas de bienestar personal, te invitamos a leer nuestro blog.