¿No les ha pasado que entran a Instagram o Tik Tok y perciben un aumento en los niveles de productividad de las personas? En muchos casos el aislamiento debido a la pandemia se percibe en redes sociales como un gran cambio de estilo de vida para muchos.
Podemos observar como varias personas iniciaron un nuevo estilo de vida más saludable, empezaron a comer mejor, a realizar actividad física, a leer más, todo esto sumado a sus trabajos home office y su vida profesional; en resumen, es como si el aislamiento tuviera el efecto de hacernos a todos superhumanos más productivos. Pero, ¿qué pasa si no te sientes parte de este grupo de personas? Tranquilo, no eres el único.
Muchas veces las intenciones de cambiar están, pero modificar hábitos y adecuarse a la productividad no es tarea fácil, no es algo que suceda de un día para el otro, ni por arte de magia, necesita fuerza de voluntad y sobre todo, organización.
Además, recordemos que no todo lo que vemos en redes sociales es cierto, y así lo fuera, no se apega 100% a la realidad. ¡No dejes que la ansiedad que producen las redes sociales te consuma o te haga sentir presionado! Siempre ten en cuenta que detrás de esa súper productividad transmitida, seguramente hay miedos, esfuerzos, días complicados, toda una batalla interna que no es documentada y lo más importante: todo cambio en tu vida, debe empezar por ti, no por presión social.
Si aún así, estás decidido a cambiar tu estilo de vida, haremos un recorrido por algunos pasos que te pueden ayudar a mejorar la productividad, evitar la procrastinación y conseguir un día a día que te agrade y esté en sintonía con lo que quieres lograr, ¿estás listo? ¡Conozcamos juntos lo necesario para llevar a cabo estos cambios en tu vida personal!
En primer lugar, comencemos desmintiendo lo que creemos que es cierto: ser productivos no significa tener un día lleno de tareas, sin descanso. Por lo contrario, trata sobre organizarnos de la mejor manera para cumplir un número de tareas planificadas en tiempo y forma, alineadas a nuestros objetivos y metas.
¿Les ha pasado que sienten que tienen tantas cosas que hacer que al final no terminan haciendo nada y a veces, ni la mitad? Esto pasa porque nuestro cerebro tiende a buscar como vía de escape a situaciones de estrés, distracciones que al parecer llevan poco tiempo, como por ejemplo: revisar las redes sociales, ver series o jugar, pero al final del día, nos hacen perder tiempo y ser improductivos, porque lo que eran 15 minutos se convierten en 2 horas, el capítulo se convierte en maratón y el juego te toma por sorpresa hasta que se hace de madrugada. Esto pasa cuando no nos organizamos y no planificamos nuestro día.
Otro lugar común es dejar las cosas para el día siguiente, en otras palabras, procrastinar. Un dato curioso sobre esta palabra es que etimológicamente, deriva del verbo en latín procrastināre, que significa: postergar hasta mañana. Sin embargo, también deriva de la palabra del griego antiguo akrasia: hacer algo en contra de nuestro mejor juicio.
Lo que nos explica por qué sentimos tanto peso en nuestras conciencias con la procrastinación, simplemente, nos estamos fallando a nosotros mismos porque no estamos cumpliendo con lo que nos propusimos.
Fuschia Sirois, una profesora de Psicología en la Universidad de Sheffield, indicó que: «No tiene sentido hacer algo que sabes que tendrá consecuencias negativas. Las personas se enganchan en este círculo irracional de procrastinación crónica debido a una incapacidad para manejar estados de ánimo negativos en torno a una tarea».
Entonces bien, ya conocemos a la procrastinación y a la improductividad, ¿las vamos a dejar ganar la batalla?
A continuación, veamos juntos algunos consejos para ser más productivos y dejar atrás esa antigua versión de nosotros que no puede cumplir sus objetivos y metas. ¡Adelante!
Una buena manera de hacerlo es preparando tu día la noche anterior. Unas horas antes de dormir o al finalizar tu jornada laboral, tómate unos minutos para organizarte y hacer una lista de tareas u objetivos que quieres lograr alcanzar el día siguiente. Importante: ponte objetivos realizables.
Te recomendamos investigar sobre estos 2 métodos de organización que te pueden ayudar: método Strikethru y método GTD.
Una buena opción es empezar por las tareas más difíciles al iniciar el día, así terminas con ellas y tienes más tiempo para las demás. Sigamos leyendo y descubramos mejor cómo identificar y decidir por dónde comenzar.
Solemos asociar el ser productivos con ser multitarea, pero la realidad es que enfocarnos en un único objetivo a la vez aumenta nuestros niveles de productividad. Pero, ¿cómo sabemos qué es prioridad?
¿Piensas que odias las mañanas? Este es un sentimiento común y no se trata sobre odiar ese momento del día en particular, simplemente no es tu horario más productivo y es en el que, casualmente, tenemos más tareas por realizar. Por lo contrario, puede que sea en la noche donde tengas más energía y ganas de realizar más actividades. Esto sucede porque no todos funcionamos a las mismas horas.
Intenta identificar en dónde están tus picos de energía diarios y aprovéchalos al máximo para obtener mejores resultados.
El primer paso es identificar cuáles son nuestras distracciones, todo aquello que nos impide concentrarnos en cumplir nuestros objetivos. Anotemos en una lista cuánto tiempo ocupamos en cada una de ellas y, teniendo esto en mente, pongamos objetivos de horas o minutos de uso diarios.
También, una buena idea es buscar alternativas para evitar distracciones. Por ejemplo: cuando paso mucho tiempo frente a la computadora me provoca tener un break, en ese momento elijo revisar mi teléfono móvil y pierdo de 30 a 40 minutos.
Alternativa: puedo sustituir esta acción por pararme del escritorio y hacerme un té, esta actividad me llevará menos tiempo y me permitirá volver a realizar mis tareas en menor tiempo.
No somos un robot, nuestro cerebro tiene una capacidad limitada de concentración. Intenta poner en práctica técnicas que te permitan hacer pequeñas pausas sin sacrificar tu productividad. Te recomendamos conocer la técnica Pomodoro.
Lo más importante es aprender a reconocer nuestros límites e identificar cuándo necesitamos un descanso, esto puede ser en intervalos de trabajo productivo de 60 o 90 minutos, lo que mejor te funcione.
Estos fueron nuestros consejos para comenzar a tener más productividad en tu vida personal y por qué no, mayor productividad laboral. Pero, no queremos que te vayas sin recomendarte que acompañes todos estos tips con un estilo de vida saludable, sumando hábitos a tu vida como: la alimentación balanceada, practicar actividades físicas, descansar y tomar suficiente agua, toda esta combinación de elementos te ayudará a alcanzar la mejor versión de ti mismo. Y no lo olvides, siempre que algo no te guste ¡cámbialo!