Existen muchísimas razones para hacer ejercicio, desde las que están asociadas con el rendimiento y la fuerza hasta otras asociadas con mejorar nuestro estado de ánimo. Recordemos que la actividad física trae muchos beneficios y efectos positivos al cuerpo humano.
Sin embargo, hay ciertas partes de él, además del corazón y los pulmones, que se ven ultra beneficiadas, como lo es el cerebro. ¡Sí! Una práctica de ejercicio físico le hace muy bien a tu cerebro y justamente en esta nota te lo explicaremos.
Cualquier actividad física -sobre todo si es un ejercicio aeróbico-, ya sea correr, caminar o tomar una clase de Síclo, tiene efectos positivos en tu cerebro, pues, sus funciones se modifican y se adaptan mientras haces ejercicio físico.
Te has preguntado, cuáles son estos cambios que ocurren en tu cerebroPor ejemplo, ¿sabías que aumenta tu flujo sanguíneo y consumo de oxígeno por parte del cerebro? Esto se traduce a que, a largo plazo, tendrás un cerebro mucho más saludable.
Además de esto, una práctica del ejercicio físico constante mejora la plasticidad neuronal o sináptica y activa algunas áreas del cerebro relacionadas con el aprendizaje y la memoria. Pero, ¿a qué nos referimos cuando decimos plasticidad neuronal? Se trata de la capacidad que tiene el sistema nervioso para cambiar su estructura y funcionamiento de las células cerebrales.
Es por eso que se les aconseja a las personas mayores hacer, aunque sea, unos minutos de ejercicio para evitar que haya pérdida de memoria , ya que, propicianuevas conexiones neuronales.
Por si fuera poco, también surgen cambios cognitivos cuando hacemos ejercicio. La capacidad cognitiva es toda aquella que procesa información para luego emplearla. Es decir, aprender algo nuevo.
Podemos ver claramente cuando realizas un tipo de ejercicio que requiere cierta destreza mental y corporal como saltar la cuerda. Al principio no lo logras y te cuesta trabajo (y te frustras), pero conforme vas siendo constante, tu cerebro se activa y estas funciones ejecutivas se realizan sin problema alguno (y te emocionas y te motivas). Y así, es cómo una función cognitiva se ve potencializada, gracias al ejercicio físico.
Pero ojo, no necesitas acabar completamente sudado y con el corazón palpitando fuertemente para ver estos beneficios. Lo único que tienes que hacer es decidirte por dejar de ser sedentario y empezar a caminar por las calles cercanas a tu casa y verás cómo la salud de tu cerebro mejora paulatinamente.
1. Prevención del envejecimiento cerebral y enfermedades neurológicas y disminución del riesgo de padecer Alzheimer
Varios estudios médicos han demostrado que el ejercicio físico retrasa el envejecimiento de las células cerebrales y esto se traduce en un cerebro sano, alejado de enfermedades neurológicas como el Alzheimer. Se ha comprobado que el ejercicio disminuye los marcadores patológicos que aparecen en la primera fase, es decir, la que se surge previamente a la aparición de cualquier síntoma de pérdida de memoria.
El hipocampo (parte del cerebro que participa en el proceso de la memoria) y la corteza prefrontal (parte del cerebro relacionado con el control cognitivo) se ven beneficiados por la actividad física, sobre todo cuando lo hacemos cuando somos niños o adolescentes. Se ha comprobado que mejora la concentración y la toma de decisiones del cerebro. No por nada, mantener un estilo de vida saludable, donde el ejercicio sea protagonista, podría ayudar a que los pequeños del hogar tengan mejores calificaciones.
Hay ciertas zonas del cerebro que reciben y procesan los estímulos a través de las sensaciones. Aunque no lo creas, hacer ejercicio te podría ayudar si tienes algún padecimiento que afecte a tu audición, tu gusto, tu vista, tu tacto o tu olfato. No por nada, se les recomienda mucho a los que perdieron el olfato y el gusto tras las secuelas del COVID-19.
Formación de nuevas neuronas (neurogénesis), especialmente cuando hay lesiones cerebrales considerables. Te lo explicaremos de manera sencilla,el ejercicio incrementa la generación de nuevas neuronas en los seres humanos. Este proceso conocido como neurogénesis surge a través de compuestos en la sangre que entran al cerebro cuando hacemos una actividad física.
Además de acabar motivados, el ejercicio beneficia a la salud cerebral y a la salud mental, pues tiene efectos antidepresivos y ansiolíticos. La ciencia afirma que el ejercicio regula de manera adecuada a los neurotransmisores como la dopamina, (encargada del movimiento) y la serotonina (encargada del control de las emociones). Así que ya sabes, hacer ejercicio evita los excesos y las ausencias de estos químicos y por eso se ve reflejado en un buen estado de ánimo.
¿Beta qué? Este tipo de neurotransmisor es aquel que se encarga de bloquear la sensación de dolor. Si conoces a alguien o si tú mismo padeces alguna enfermedad que te haga tener dolor crónico, el ejercicio será un muy buen analgésico. Esto, además de ponerte de mejor humor, mejorará tu calidad de vida al por mayor.
El tejido conocido como materia gris es aquel que contiene la mayor parte de células neuronales del cerebro y se encuentra en regiones del cerebro involucradas en el control muscular, la percepción sensorial, la toma de decisiones y el control. Estas cualidades mejorarán considerablemente si realizas ejercicio físico.
¿Sabías que algunos ajedrecistas suelen activar su cuerpo de manera física para luego activar de manera más eficiente a su cuerpo mental en una partida de ajedrez? Tal es el caso de Bobby Fischer, ajedrecista estadounidense que fue Campeón del Mundo de 1972 a 1975, quien disfrutaba mucho jugar tenis horas antes de sus partidas y enfrentamientos de ajedrez.
Se dice que en 1971, un año antes de volverse Campeón del Mundo, decidió dejar el tablero de ajedrez para soltar un poco la tensión y tomar la raqueta y jugar tenis con sus amigos en un club en la ciudad de Tucumán, Argentina.
Luego se dio a conocer que una de las peticiones especiales de Bobby, previo a su disputa contra Boris Spassky, era que hubiera alguien dispuesto o dispuesta a jugar tenis con él a cualquier hora del día. Incluso se dice que no asistió a su segunda partida, pues prefirió jugar más y más tenis.
Fischer no fue el único ajedrecista que se ejercitaba físicamente antes de sus disputas. También lo hace Garri Kaspárov, el actual Campeón de Ajedrez. El originario de Azerbaiyán, quien también solía practicar atletismo, a veces recurre al fútbol o a sesiones de pesas en el gimnasio antes de jugar ajedrez para preparar a su cerebro.
Así que ¿qué esperas para tomar una clase de Síclo y ejercitar a tu cuerpo y a tu cerebro?