Si eres un fiel amante del pan, debes saber que cada vez hay más -y mejores- opciones para ingerir este rico alimento. Tal vez ya hayas escuchado hablar del… ¿pan de masa madre? Aquí te hablamos un poco más sobre la diferencia con el pan tradicional y qué beneficios te podría aportar.
La gran diferencia es la forma de preparar la masa. El primer proceso es que la harina y el agua se fermentan para que se eleven y se conviertan en la levadura de otros panes. Hacer masa madre toma cinco días; inicias con harina integral y agua y el resto de los días se tiene que agregar poco a poco elementos como harina de fuerza, azúcar y agua.
Como es un fermento, la masa básicamente está viva, por lo que hay que ‘alimentarla’ cuando no se está utilizando, tenerla en un lugar tapado y frío y, al utilizarla, también hay que agregarle agua y harina.
La masa tradicional está hecha con levadura industrial, sin referirnos a este ingrediente como uno de mala calidad. Sin embargo, al ser un proceso industrial puede que sus mismos componentes lleven a alterar tu proceso de digestión y te puedan causar más problemas como inflamación.
Con la masa madre podrás tener un proceso mucho más rústico y con harinas de alta calidad que ayudarán a consumir algo con mejores propiedades.
El resultado y sabor son muy buenos, y aunque hay personas que consideran que el pan de masa madre es mucho más rico que el tradicional, en realidad es cuestión de que pruebes y notes sus diferencia. Debes considerar que el pan de masa madre tiene un proceso mucho menos químico que el de un pan tradicional. Si eres amante del pan rústico lo tuyo será comer pan con este tipo de preparación.
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