Todos escuchamos una vocecita en nuestro interior y no, no estás locx, ¡todos la escuchamos! Esta vocecita, a veces vocecitas en plural, nos dice mensajes cómo: “no vas a poder”, “es imposible”, “ni lo intentes”, “qué ridícula”, “te van a decir que no!” Esta, es la voz de tu Juez Interno; el inquilino no deseado que habita nuestra mente.
Soy Yulene Galera y a mi juez, yo la llamo Nancy. Es importante que le pongas un nombre, para que te desvincules de ella, pues la mayoría de nosotros creemos que somos nuestro Juez Interno y no es verdad. Esta voz se fue creando a lo largo de los años y conforme fuimos creciendo adoptamos mensajes de nuestro papá, abuela, tía, prima, maestra, amigo…. y poco a poco, tras escucharlos muchas veces los interiorizamos confundiendo esto con nuestra propia voz. Pero hay que separarnos de este inquilino para poder bajarle el volumen y crear una voz interna amorosa y armónica. Porque lo que nos decimos y lo que pensamos genera en nosotros emociones que a su vez generan reacciones.
Todo empieza con un pensamiento, por ejemplo: nadie me quiere.
Este pensamiento genera una o varias emociones: angustia, ansiedad, miedo.
Desde estas emociones actuamos o reaccionamos: contestamos horrible, nos aislamos, no avanzamos.
Básicamente, somos lo que pensamos. Y yo no sé ustedes, pero yo quiero tener pensamientos lindos en mi vida. Ya me cansé de que la Nancy sea la directora de la película. Así que si como yo, quieres ser el/la directora de tu vida y actuar desde otro lugar, estos son los primeros pasos:
Primer paso, ponle nombre. El que tú quieras; Bruno, Úrsula, Tito, Erika, Elvira, Erwin. Lo importante es que le pongas nombre y empieces a identificar lo que tu juez interno te dice. Pues a cada uno de nosotros nos dice cosas distintas.
Segundo paso, cacharlos. A todos nosotros nuestro juez interno nos dice cosas distintas y por eso es importante poner atención a eso que nos dice. Aunque puede ser un poco complicado aquí hay un tip que te puede servir: cuando sientas alguna emoción incómoda como angustia, ansiedad, miedo, o enojo pon atención a qué te estás diciendo y cuáles son esos pensamientos. Te darás cuenta de que la mayoría de las veces cuando nos sentimos así, está nuestro juez interno jalando los hilos. Te recomiendo que apuntes todos esos pensamientos para que los hagas conscientes y puedas darles la vuelta.
Tercer paso, desmentirlos. Una vez que hagamos conciencia de los mensajes de Nancy, hay que desmentirlos, porque lo triste de todo esto, es que nos los tragamos completitos y Nancy no tiene la razón, no dice la verdad.
Para eso vamos a usar 4 preguntas que la autora Byron Katie nos da para desafiar los pensamientos:
a) Es verdad? ¿Es verdad que siempre te pasa todo lo malo? ¿Es verdad que nadie te quiere? ¿Es verdad que tienes pésima suerte? Muchas veces nuestra mente nos trata de convencer de que es verdad, así que para eso está la segunda pregunta.
b) ¿Es absolutamente cierto? ¿Todo el mundo lo vería de la misma forma? ¿Nadie podría verlo de otra manera? ¿Ni tu papá, ni tu amigo, ni tu hermano? ¿Nadie? ¿Lo puedes comprobar? Si puedes comprobar que algo es 100% real, entonces no es un pensamiento, es un hecho. Por ejemplo que tienes el pelo café, o los ojos azules, en ese caso lo que tienes que desmentir son los pensamientos que ese hecho te genera.
c) ¿Quién eres cuando piensas eso? ¿Cómo te sientes? ¿Cómo te comportas? ¿Cómo hablas?
d) ¿Quién serías si pudieras cambiar el pensamiento? ¿Si pudieras dejar de pensar en eso? ¿Qué eliges pensar?
Imaginemos que Nancy dice: Todos se quiere aprovechar de ti
Este proceso de dejar de creerle a esos mensajes lo puedes usar también para los pensamientos que tengas a lo largo del día que te causen resistencia, angustia y ansiedad. No dejes que tus pensamientos te atoren ni te hagan sentir mal, ¡TÚ ERES DUEÑ@ DE TU MENTE!
Recomendaciones de libros que te funcionarán a lidiar con el juez interno:
“Cómo hacer que te pasen cosas buenas” Marian Rojas Estapé
“Despertando al gigante interior” Tony Robbins